Entre temblor y temblor
pienso en toda su grandeza,
magno magma incandescente
que se filtra por doquier.
Después de tanta ceniza
en Pompeya y Herculano,
hace un año Bariloche
y San Martín de los Andes.
Los huracanes lo cubren
de nieve algunos días
y recuerda al Fujiyama
con toda su majestad.
Otros de nubes inmensas,
de vapor amenazante ,
y siempre la fumarola,
que respira fuerte el genio.
©Joan B. Fort Olivella
Atlixco, junio de 2012
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