Lejos de ti, del final
de aquel deseo general.
Lejos del mar,
lejos del faro,
lejos de aquello más amado.
Lejos de aquel
capitel
que nos erizaba
la piel.
Lejos de aquellas
montañas
que llevamos
en las entrañas.
Lejos de aquel
universo,
que le daba
forma al verso.
Lejos de la palabra,
de aquel pavo,
que de cantos llenaba el vaso.
Lejos del Sí, de aquel pino,
que no podemos dejar morir.
Yo ya no puedo estar.
Por eso me pongo a cantar...
©Joan B.
Fort Olivella
Atlixco, 21 de febrero de 2015.