viernes, 26 de agosto de 2011

Lucida presentación de De fantasmas y algo más en Puebla

Este jueves se presentó en el Instituto Municipal de Arte y Cultura de Puebla la cuarta novela de Javier Duhart, editadas por la BUAP, que lleva este fantasmagórico título.

Con la presencia como anfitriones en la mesa del poeta poblano Enrique de Jesús Pimentel, el dramaturgo y director de la Casa de Cultura de Atlixco Ricardo Pérez Quitt y el escritor mexicano René Avilés Fabila, salió a flote la influencia que éste y José Agustín han ejercido en la persona y en la obra de Javier, que cuando dejó el DF y su profesión de arquitecto para venirse a Atlixco y dedicarse a escribir tuvo muy presentes y las cuales agradeció profundamente, y el público pudo gozar por un momento de la bohemia mexicana.

Javier resumió muy brevemente lo que le llevó a escribir sus cuatro novelas publicadas -tiene otras tres por publicar, más un libro de cuentos y 7 u 8 libros de poemas, que ahora está revisando y tallereando junto con nosotros- y dejó patente la fantasía y la sensualidad que emerge de todas ellas.

Para salir con buen sabor de boca y ganas de leer sus libros, en el salón inferior nos ofrecieron unos ricós canapés mientras un quinteto tocaba música clásica con el fondo de la obra pictórica de C. Rojash.

©Joan B. Fort Olivella
Atlixco, 26 de agoisto de 2011

Ya he leído la novela sobre los fantasmas de Pueblo Bello y una vez más he quedado fascinado por la fantasía de su autor y su capacidad de atraernos tras las aventuras reales y mentales de sus personajes, en este caso del reportero Raúl y su amada Ana.

Atlixco, 8 de septiembre de 2011

miércoles, 24 de agosto de 2011

Inmenso mercado

Ciudad comercial,   
inmenso mercado,
gran exposición
de frutas y flores,
de verdura y ropa,
yerbas, pajaritos,
comida,  ganado
y mucha fayuca.


Casi todo el año           
sabrosas sandías,
papayas, melones,
mangos de Manila,
petacones, ataúlfos,
plátanos, guayabas
tunas y pitayas,        
nopales, jinicuiles
jícamas, camotes,
guanábanas, nonis,
limones, naranjas,
ricas mandarinas.

I al fin del verano
los melocotones,
las nectarinas
ciruelas, higos y uvas,
pasitas y nueces
para el chile en nogada.

Abundan verduras,                                                                         
ajo, cebolla,
tomate, jitomate,
chícharo, ejote,
acelga, espinaca,
calabaza, coliflor,
col y zanahoria.
Flotan por doquier      
la caña y el maíz,
elotes, huitlacoches,
olor de huazontles,
memelas, chalupas,
burritos, molotes,
tostadas, pambazos,
pozoles, atoles,
moles de olla,
moles de panza,
oscura cecina
y mucha basura
al atardecer.

Ya sólo le falta
para igualarse
a la gran medina
del gran Marrakech
los encantadores
de grandes serpientes,
porque también tiene
a los mariachis
y otros sonajeros
que le dan color
con música y gritos
de todo el país.

©Joan B. Fort Olivella
Atlixco,
20 de agosto de 2010

miércoles, 17 de agosto de 2011

Poetas de Atlixco

Poetas de Atlixco,    
palabras al viento
dulce pensamiento,
amable pellizco.

Solemnes sonidos
penetran las sienes
y largos andenes
prolongan corridos.

Se expanden sin tregua
saltando los topes
con Pacos y Lopes
a más de una legua.

Sortean los baches
de tanta ignorancia
con vil arrogancia
y mil cambalaches.

©Joan B. Fort Olivella
Atlixco, 2 de julio de 2011

martes, 16 de agosto de 2011

Los tacos

Allá los dicen,       
acá los hacen
y los comemos
de dos en dos.

Sabrosos tacos,
tacos picantes,
tacos de pollo
con guacamole,

tacos de buche,
tacos de puerco,
tacos dorados,
tacos de nata,

todos con chile,
todos envueltos
con su tortilla
trigo, maíz,

papel de estraza
con un poema
SIENTA MEJOR
AL PALADAR.

©Joan B. Fort Olivella
Atlixco, 11 de junio de 2011

viernes, 12 de agosto de 2011

Mañana















Alguien llorará como un niño a su madre,
alguien gritará pidiendo imposibles,
alguien pedirá justicia en vano;
alguien leerá un discurso eterno,
alguien tocará música estridente,
alguien cantará canciones de protesta;
alguien asirá bien fuerte una escopeta,
alguien disparará un fusil cargado,
alguien logrará dejar la prisión;
alguien tocará el silbato en un campo,
alguien irá detrás de cualquier pelota,
alguien correrá para llegar a meta;
alguien cogerá el remo de su barca,
alguien labrará la tierra aún seca,
alguien sembrará pensando en el mañana;
alguien irá con la cara toda sucia,
alguien buscando agua irá muy lejos,
alguien sacará los sesos del planeta;
alguien comenzará un largo poema,
alguien seguirá su investigación,
alguien pondrá punto final a su tesis,
como ayer y hoy, ahora y siempre,
buscará con ahínco ganarse este pan
que tanto cuesta llevar a casa.

Joan B. Fort Olivella, 1975/2011

Sentimientos comunes

Apoyado en la baranda del balcón,
un viejo llora;
apoyado en la pared de su casa,
un niño llora;
apoyado en el alféizar de la ventana,
un hombre llora;
apoyado con los codos sobre un libro,
un chico llora:
el mundo es un valle de lágrimas.

Sentado en un  banco del zócalo,
un viejo canta;
sentado en un pequeño taburete,
un niño canta;
sentado, medio estirado, en la butaca,
un hombre canta;
sentado cómodamente sobre la tierra,
un joven canta:
el mundo es un coro desafinado.

De pie bajo un plátano corpulento,
dos viejos hablan;
de pie sobre la arena de la playa,
dos niños hablan;
de pie junto a la puerta del despacho,
dos hombres hablan;
de pie en medio de un corredor,
dos chicos hablan:
hablar es muy necesario.

Levantado la sucia y pesada azada,
un viejo grita;
levantando un maltrecho juguete,
un niño grita;
levantando el papel y la negra pluma,
un hombre grita;
levantando con las manos una pelota,
un chico grita:
el mundo grita y no se entiende.

Los hombres manifestamos los pensamientos,
los sentimientos,
las tristezas,
las alegrías,
los proyectos,
sacamos lo que llevamos dentro,
queda palpitando en el aire
un llanto, un canto, una palabra, un grito,
una interrogante para contestar,
una respuesta que no llega nunca.

Joan B. Fort Olivella
1975/2011